Equipos de Protección Personal Normados (EPP)

CUATRO PASOS PARA LA PROTECCIÓN RESPIRATORIA

PROTECCIÓN RESPIRATORIA: USO CORRECTO DE LOS RESPIRADORES DE SEGURIDAD

El objetivo de la protección respiratoria es preservar la salud de las personas que respiran en ambientes nocivos.
Sin embargo, los factores a tener en cuenta para conseguir este fin son complejos. El conocimiento en protección respiratoria evoluciona rápidamente en sus distintas áreas: monitoreo, salud ocupacional, diseño de respiradores, normas de ensayo, capacitación de los usuarios y aseguramiento de la eficiencia de esta protección.
Un respirador es un equipo de protección personal que protege las vías respiratorias del trabajador purificando o suministrando el aire, protegiéndolo de los contaminantes que están en el medio ambiente de trabajo.

Existen diferentes tipos de respiradores, a continuación se mencionan algunos de ellos.

Respirador cara completa (full face): este equipo de protección cubre toda la cara, ojos, nariz, la boca y barbilla. Protege del medio ambiente contaminado, por ejemplo, de partículas, dióxido de azufre, amoniaco, ácido clorhídrico, vapores orgánicos, entre otros.

Respirador de media cara: este equipo de protección personal solo cubre la nariz, la boca y barbilla. Protege del cloro, amoniaco, ácido clorhídrico, partículas, vapores orgánicos, dióxido de azufre, entre otros.

Respirador de mantenimiento: a este tipo de equipo se le pueden reemplazar algunas piezas en dado caso de que el filtro este saturado e incluso se le pueden eliminar y permiten la limpieza de sus componentes.
Respirador de libre mantenimiento: este equipo una vez que tenga dañado o el filtro este saturado es necesario desecharlo.

En DASEGUR contamos con varias opciones de respiradores de seguridad industrial, diseñados especialmente para el tipo de trabajo que llevaras a cabo.

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¿SABES CUALES SON LOS PASOS PARA UNA CORRECTA PROTECCIÓN RESPIRATORIA ?

En ocasiones nos preguntamos cual es la forma correcta de proteger nuestras vías respiratorias en ambientes donde existe presencia de partículas, polvos, gases que pueden perjudicar nuestra salud, a continuación compartimos los cuatro pasos que deberíamos de tener en cuenta para una correcta protección respiratoria:

  1. Identificar los riesgos para la salud presentes en el aire.

 Los contaminantes se clasifican en:

  • Partículas con o sin aceite (polvos, neblinas, humos).
  • Moléculas (gases y vapores).

La peligrosidad de los contaminantes depende principalmente de su toxicidad y de su  concentración en el aire.

Las Normas Gubernamentales establecen concentraciones máximas permisibles para diversos contaminantes.

 

 

2. Comprender los efectos de los contaminantes en la salud.

Las partículas menores a 10 micrones no alcanzan a ser filtradas  por  las defensas naturales de nuestro aparato respiratorio. Pueden penetrar más profundamente, provocando enfermedades como la neumoconiosis y fibrosis.

Ciertos contaminantes llamados venenos sistémicos, como el plomo, cadmio o mercurio, pueden pasar de los pulmones a la sangre y  alcanzar órganos como el cerebro, el hígado y los riñones provocando graves perjuicios. Muchas veces el daño que se está produciendo no es notado de inmediato (efectos agudos) sino después de  meses o años (efectos crónicos). Al aparecer entonces los síntomas, el daño ya es irreversible.

 

 

 

  1. Seleccionar la protección adecuada.

Debe darse la prioridad al control ambiental. Si éste no es suficiente, es necesario usar respiradores. Existe una gran variedad de equipos cuya selección debe basarse en el riesgo existente. En normas como la ANSI Z.88.2 u otras aplicables se dan los fundamentos para esta selección. Los factores críticos son:

  • Eficiencia de filtración.
  • Resistencia a la respiración.
  • Ajuste a la cara.
  • Aceptación del trabajador.
  • Calidad del aire respirable.

En 1995, NIOSH publicó una nueva norma, la 42CFR84 sobre protección respiratoria, estableciendo entonces nuevos criterios de evaluación para respiradores filtrantes para partículas, respiradores ampliamente utilizados para proteger a los trabajadores en los sitios de trabajo donde se llevan a cabo operaciones de: lijado, molienda, corte, limpieza, soldadura, esta norma no abarca a los respiradores con suministro de aire o de presión positiva ni a los PAPR (equipos purificadores de aire forzado). Bajo la norma 30CFR11, los respiradores contra material particulado se clasifican así: polvos y neblinas, humos y neblinas, y filtros de alta eficiencia.

Bajo la nueva norma 42CFR84, estas categorías desaparecen y se crean tres series: Serie N, Serie R, y Serie P, cada una con tres niveles diferentes de filtración: 95%, 99%, y 99,97%. La categoría N se prueba con aerosol de cloruro de sodio, mientras que las categorías R y P se prueban con Dioctilftalato (DOP).

La nueva norma, establece nuevos parámetros para probar y certificar los respiradores, también provoca cambios en otros aspectos relacionados con los programas de protección respiratoria, tales como: muestreo de los sitios de trabajo, criterios para la selección de los respiradores, pruebas de ajuste y entrenamiento a usuarios.

  1. Capacitar en el uso y cuidado del respirador seleccionado.

Aún seleccionado correctamente el respirador, si su ajuste a la cara es inadecuado, habrá fuga por los bordes. Existen técnicas simples para su control. Si obviamos el uso durante una parte de la jornada, la protección global caerá drásticamente. La capacitación contribuye a lograr la aceptación del trabajador y un alto tiempo de uso, Para prevenir el mal funcionamiento debe realizarse siempre  inspección, mantenimiento y limpieza en forma periódica.

 

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